Guarda Señor a tus sacerdotes, cuyas
vidas se consumen ante Tú Sagrado Altar.
Quédate con ellos porque ¡son Tuyos!
Quédate con ellos porque están en el
mundo, más del mundo están aparte.
Cuando los placeres terrenales les tienten,
cobíjales en Tú Corazón.
Confórtales en sus horas de sufrimiento
y dolor.
Cuando toda su vida de sacrificios parezca
en vano, quédate con ellos y recuerda que
solamente te tienen a Ti.
Sus corazones, siendo humanos, son frágiles.
Mantenles puros como la Hostia que todos
los días acarician sus manos.
Bendice cada uno de sus pensamientos,
de sus palabras y de sus obras.
Te lo pedimos Señor Jesús, en nombre de
Tu tierna Madre Santa María de Guadalupe.